martes, 24 de noviembre de 2009

Buenos Aires, Argentina.

Arquitectura y urbanismo

Buenos Aires es una ciudad que evolucionó a partir de diversas corrientes inmigratorias pertenecientes a diferentes culturas y, en consecuencia, han creado un remarcado eclecticismo que se evidencia en su arquitectura en la cual pueden hallarse expresiones que van del frío academicismo o el art decó, hasta el alegre art nouveau; del neogótico moderno, pasando por el francés borbónico, al rascacielos moderno realizado en vidrio u hormigón. O estilos muy personales, como por ejemplo, el del colorido barrio de La Boca.
La ciudad se encuentra sobre un buen soporte geográfico: su territorio es extenso y llano y no sufre complicaciones de temperaturas extremas, vientos, nevadas o terremotos. Posee una muy buena fuente de agua dulce como es el Río de La Plata.


El trazado de la ciudad es muy regular. El centro histórico y financiero de la ciudad posee manzanas perfectamente cuadradas, extendidas de norte a sur y de este a oeste, tal como su fundador Garay las estableciera. Este trazado de calles perpendiculares (el llamado "damero") se extendió en gran parte hacia el resto de la ciudad.




Buenos Aires es fértil en áreas de calidad urbanística y arquitectónica. Posee varias plazas públicas entre las que se destacan los parques: Parque Tres de Febrero (o Bosques de Palermo), el Almirante Brown y los de la ex Costanera Sur (Andrés Borthagaray y Manuel Ludueña).




Una característica de la ciudad es la diversidad de árboles y de colores de las flores de éstos. En gran parte esto es consecuencia de la tarea de Carlos Thays, paisajista francés, creador entre otras cosas del Jardín Botánico de Buenos Aires que implantó árboles como las tipas, los jacarandás y los lapachos.




Otras características destacadas son los coronamientos en cúpulas, torres y mansardas que poseen los edificios. En principio fueron el resultado de la influencia europea en la arquitectura porteña, sobre todo por el trabajo realizado por arquitectos franceses, italianos y alemanes, que diseñaron los edificios entre fines del siglo XIX y principios del XX, como un reemplazo a la arquitectura colonial. Al principio era un elemento arquitectónico simbólico. Pero luego se eligieron como símbolo de la suntuosidad de la burguesía argentina que detentaba el poder nacional. Tal vez la principal característica de las mismas es la variedad, pues tienen diferentes formas.




El área central de la urbe es muy congestionada por el tráfico automotor y además durante los días no laborales está muy deshabitada, lo que además de producir inseguridad la hace costosa, por haber mucha edificación que sólo se usa en horas de oficina.
La zona norte (tomando como división del norte-sur a la Avenida Rivadavia), es rica y próspera, con varios hospitales, servicios y gran densidad de población. Contrasta con la relegada zona sur, cerca del maloliente Riachuelo, y formada mayoritariamente por barrios más humildes. En esta zona sur se fortalecen la mayoría de las villas miserias en las que el uso del suelo es indiscriminado y se interrumpe la trama urbana.




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